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CULTO Y DEVOCIÓN

CULTO Y DEVOCIÓN

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN • El culto es un honor que

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN • El culto es un honor que se tributa a una persona superior a nosotros. • El culto rendido a los servidores de Dios honra a Dios mismo, que se manifiesta por ellos y por ellos nos atrae hacia Él.

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN • Al constituir Dios a su Madre

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN • Al constituir Dios a su Madre en la cima de la santidad, llenándola de gracias, nos expresa su voluntad de que la honremos en cuanto nos sea posible. • Alabar a María es alabar al Hijo y, por Él, a la Trinidad Santísima: ¿qué hijo no se goza en que honren a su madre? ¡Cuánto más Cristo que, siendo Dios, ama a su Madre más que todos los hijos del mundo!

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN Se tributa a la Santísima Virgen un

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN Se tributa a la Santísima Virgen un culto de veneración suprema (hiperdulía), debido a su eminente dignidad de Madre de Dios, distinto del culto de adoración (latría) reservado a Dios, y del simple culto de veneración (dulía) propio de los demás santos.

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN La verdadera devoción no consiste, ni en

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN La verdadera devoción no consiste, ni en un estéril y pasajero sentimentalismo, ni en una cierta vana credulidad; sino que procede de la fe, por la que reconocemos la excelencia de la Madre de Dios, por la que somos llevados a un amor filial hacia nuestra Madre, y a la imitación de sus virtudes.

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN “Ante todo, es sumamente conveniente que los

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN “Ante todo, es sumamente conveniente que los ejercicios de piedad a la Virgen María expresen claramente la nota trinitaria y cristológica que les es intrínseca y esencial. (. . . ) En la Virgen María todo es referido a Cristo y todo depende de Él: en vistas a Él, Dios Padre la eligió desde toda la eternidad como Madre toda santa y la adornó con dones del Espíritu Santo que no fueron concedidos a ningún otro” (Pablo VI, Marialis cultus 24).

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN “Es necesario además que los ejercicios de

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN “Es necesario además que los ejercicios de piedad (. . . ) pongan más claramente de manifiesto el puesto que ella ocupa en la Iglesia: el más alto y más próximo a nosotros después de Cristo. (. . . ) El amor a la Iglesia se traducirá en amor a María y viceversa; porque la una no puede subsistir sin la otra” (Ídem 28).

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN • La Iglesia, para honrar a la

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN • La Iglesia, para honrar a la Virgen María, celebra a lo largo del año litúrgico diversas fiestas marianas. • El Concilio Vaticano II exhorta a que se promueva el culto, especialmente el litúrgico. • El Magisterio ha subrayado de modo particular dos devociones marianas: el Ángelus y el Rosario.

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN Otras prácticas de piedad mariana: Cofradías marianas,

CULTO Y DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN Otras prácticas de piedad mariana: Cofradías marianas, Escapulario del Carmen, Mes de María, medallas, sábados dedicados a María, peregrinaciones a Santuarios, consagración a su Corazón Inmaculado, etc.

SAN JOSÉ

SAN JOSÉ

SAN JOSÉ • El Magisterio sostiene que la Virgen y San José contrajeron un

SAN JOSÉ • El Magisterio sostiene que la Virgen y San José contrajeron un verdadero matrimonio. • Los Padres, al referirse a este matrimonio, ponen de relieve la providencia y sabiduría divinas al disponer que Jesucristo naciera virginalmente de una Madre desposada.

SAN JOSÉ San José recibió una plenitud de gracia proporcionada a la preeminencia de

SAN JOSÉ San José recibió una plenitud de gracia proporcionada a la preeminencia de su misión para la cual fue elegido eternamente por la Trinidad. En efecto, la misión de San José supera el orden mismo de la gracia y linda con el orden hipostático, constituido por el misterio mismo de la Encarnación.

SAN JOSÉ S. Juan XXIII, en 1962, lo proclamó “ilustre descendiente de David, luz

SAN JOSÉ S. Juan XXIII, en 1962, lo proclamó “ilustre descendiente de David, luz de los Patriarcas, esposo de la Madre de Dios, guardián de su virginidad, padre nutricio del Hijo de Dios, vigilante defensor de Cristo, Jefe de la Sagrada Familia; fue justísimo, castísimo, prudentísimo, fortísimo, muy obediente, fidelísimo, espejo de paciencia, amante de la pobreza, modelo de trabajadores, honor de la vida doméstica, guardián de las vírgenes, sostén de las familias, consolación de los desafortunados, esperanza de los enfermos, patrono de los moribundos, terror de los demonios, protector de la Iglesia Santa. Nadie es tan grande después de la Virgen María”.

SAN JOSÉ Parece que, después de la Anunciación, la Virgen guardó para sí el

SAN JOSÉ Parece que, después de la Anunciación, la Virgen guardó para sí el gran misterio que había acontecido en Ella, la Encarnación del Verbo. La duda de José no era sobre la inocencia de María, sino sobre su propio papel en el futuro de aquel misterio. El ángel no sólo le confirma que lo sucedido en su Esposa es obra divina; además le comunica que él tiene también una misión en el misterio de la Encarnación: poner el nombre a Jesús, lo cual significa, en el modo de hablar bíblico, que iba a ser el padre de Jesús según la ley.

SAN JOSÉ “¿Cómo era padre José? Tanto más profundamente padre, cuanto más casta fue

SAN JOSÉ “¿Cómo era padre José? Tanto más profundamente padre, cuanto más casta fue su paternidad. A José no sólo se le debe el nombre de padre, sino que se le debe más que a otro alguno” (San Agustín, Sermón 51, 20). Fiesta litúrgica de San José: Sixto IV (1476). La eleva a mayor categoría Inocencio VIII (1486). La declara obligatoria para todo el orbe Gregorio XV (1621). Proclama a San José como “patrono de la Iglesia universal” Pío IX (1871). S. Juan Pablo II le ha dedicado una Exhortación Apostólica, Redemptoris custos (1989).

SAN JOSÉ “Trato de llegar a la Trinidad del Cielo por esa otra trinidad

SAN JOSÉ “Trato de llegar a la Trinidad del Cielo por esa otra trinidad de la tierra: Jesús, María y José. Están como más asequibles. Jesús, que es perfectus Deus y perfectus Homo. María, que es una mujer, la más pura criatura, la más grande: más que Ella, sólo Dios. Y José, que está inmediato a María: limpio, varonil, prudente, entero” (San Josemaría).

SAN JOSÉ “San José, que no te puedo separar de Jesús y de María.

SAN JOSÉ “San José, que no te puedo separar de Jesús y de María. San José, por el que he tenido siempre devoción pero comprendo que debo amarte cada día más y proclamarlo a los cuatro vientos (. . . ). San José, nuestro Padre y Señor, intercede por nosotros” (Ídem).