Cuando sali Judas del cenculo dijo Jess Ahora
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Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: -Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en Él. 5º Domingo Pascua Ciclo C
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: Que os améis unos a otros como yo os he amado.
Cinco veces repite el Papa en la encíclica que el amor no es ya un “mandamiento” externo, impuesto al ser humano, sino que es la respuesta más auténtica a un amor que nos viene dado por Dios.
En los momentos finales, Jesús deja a sus discípulos un don que es un encargo: “Os doy un mandamiento nuevo: Que os améis unos a otros como yo os he amado”.
El “mandamiento” no puede ser entendido como una imposición ni como un sentimiento efímero. El amor es la vida. Refleja nuestro deseo más profundo y nuestra misma necesidad de ser personas.
Amarnos “ unos a otros” no es una obligación pesada de la que uno trata de librarse. Al amarnos hacemos. El amor es el signo que revela la riqueza de la vida y su sentido final.
No amamos según nuestra necesidad, sino según el modelo de su entrega. Nos amamos “como” él nos amó.
No podemos engañarnos pretendiendo identificarnos sólo por los signos externos: No es el turbante o el velo. No son nuestras peregrinaciones a los lugares santos. No son los ayunos o los ritos. Sólo el amor mutuo nos identifica como discípulos de Jesús.
La señal del amor interpela a toda la iglesia. Es importante la fidelidad a la doctrina. Y es importante el respeto a la liturgia. La iglesia no puede callar cuando se aplasta la dignidad humana.
Pero todas sus manifestaciones y propuestas han de brotar sólo del amor con el que hace presente a su Señor.
La señal del amor no es una clave secreta. Es un signo público. Bien lo saben los no creyentes. Gracias a él pueden exigirnos fidelidad a nuestros principios. Lo hacen mil veces sin darse cuenta de que así nos invitan a ser lo que hemos de ser: Testigos del amor de Dios.
Señor Jesús, tú nos has amado hasta el extremo. Que nunca olvidemos tu ejemplo. Y que amemos a los demás con el amor que el Padre nos ha manifestado en tu vida y en tu entrega. Amén. Aleluya.