Creer en Jess resucitado significa creer que su

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Creer en Jesús resucitado significa creer que su vida es la auténtica vida, es

Creer en Jesús resucitado significa creer que su vida es la auténtica vida, es el mejor modo de ser humano. Creer en Jesús resucitado significa que el poder del amor de Dios es más grande que toda violencia. Que en el fondo, la realidad entera se apoya sobre la todopoderosa debilidad del amor. Creer en Jesús resucitado implica vivir como él, implica seguirle, continuar su misión, ser sus manos y sus pies en el día de hoy, sabiendo que eso es lo que más vale la pena en la vida. “Vivir como resucitados” quiere decir vivir con los criterios de Jesús. No es una cuestión filosófica, ni siquiera religiosa. Es vivir de otra manera. La clave es si mi fe en Jesús cambia o no mi vida y la de los que me rodean. José Enrique Ruiz de Galarreta. Texto: Juan 20, 1 -9. Resurrección de Jesús -BComentarios y presentación: Asun Gutiérrez. Música: Grieg. La mañana.

El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena

El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena se presentó en el sepulcro. 1 Fue la sensibilidad, el dolor, el anhelo, la nostalgia, la búsqueda, el impulso del corazón, el amor, lo que llevó a María Magdalena, primera testigo de la Resurrección, a la tumba temprano, por la mañana, cuando aún estaba oscuro. Emprendió el camino de noche para buscar a Jesús; el duelo oscurecía su corazón, porque no encontraba a quien amaba. El amor madruga más que el sol. El amor es luz en la oscuridad. El amor hace testigos de lo invisible, de lo “increíble”. El amor no mide, derrocha. El amor tiene bastante con amar. Si confías en tu anhelo y sigues tu amor hasta el final, encontrarás al Resucitado, como María Magdalena. Sólo hay que abrir el corazón, en medio de la oscuridad, para encontrar a Aquel que ama tu alma. ¿Cuál es mi anhelo más profundo? ¿Hacia dónde, hacia qué, hacia quién me lleva el amor?

Cuando vio que había sido rodada la piedra que tapaba la entrada, 2 se

Cuando vio que había sido rodada la piedra que tapaba la entrada, 2 se volvió corriendo a la ciudad para contárselo a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús tanto quería. María Magdalena, primera testigo del sepulcro vacío, corrió a anunciarlo a los apóstoles, convirtiéndose así en "apóstol de los apóstoles", la primera anunciadora de la Buena Noticia de la Pascua.

Les dijo: -Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo

Les dijo: -Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto. Lo fundamental no es dónde ponen o ponemos a Jesús, sino dónde y con quién está realmente. Es conveniente saber que Jesús no siempre está donde creemos que está, ni donde nos dicen que está. Él va delante, abriendo caminos. Siempre más lejos, para que no nos instalemos, para que sigamos buscándole día y noche, con luz y en la oscuridad. Como María Magdalena. No saber “dónde lo han puesto” o comprobar que no está donde nos dicen que está, es motivo para la esperanza , para seguir buscando y para dejarnos encontrar por él.

Pedro y el otro discípulo se fueron rápidamente al sepulcro. 4 Salieron corriendo los

Pedro y el otro discípulo se fueron rápidamente al sepulcro. 4 Salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo adelantó a Pedro y llegó antes que él. 5 Al asomarse al interior vio que las vendas de lino estaban allí; pero no entró. 6 Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro, 7 y comprobó que las vendas de lino estaban allí. Estaba también el paño que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. 3 Es conveniente partir de nuestra propia experiencia, contemplar nuestra vida para dar testimonio de haber visto a Jesús. Ir al encuentro de Jesús, buscarlo, nos producirá la sorpresa de sentir que nuestra vida cambia tanto como les cambió a sus primer@s discípul@s.

8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro.

8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. Hoy Jesús está con nosotr@s, pasa a nuestro lado. ¿Le veo? ¿Creo en él? ¿Creo en la Resurrección? ¿Creo en mi resurrección? ¿Cómo se manifiesta esa fe en mi vida? ¿Como esperanza? ¿Como compromiso por la justicia? ¿Como solidaridad con las personas empobrecidas y excluidas? ¿Contagio la alegría de la Resurrección? ¿”Resucito” y vivo plenamente cada día? ¿”Resucito” y “doy vida” a alguien? En las personas, en la naturaleza, en la música, en las flores y en los acontecimientos de cada día, siempre podemos experimentar la resurrección y ser testigos de ella, como María Magdalena.

(Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la

(Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos). 9 “Desde el momento de la resurrección, Cristo no tiene otro cuerpo visible que el de los cristianos, ni otro amor que dar que el de éstos” (L. Evely). 
Ahora somos nosotr@s quienes nos comprometemos a vivir como personas resucitadas. Siguiendo las huellas de Jesús. Experimentando su presencia y comunicándola a tod@s. 
Como María Magdalena, somos mensajer@s del nuevo día, portador@s de esperanza, cultivador@s de nuevas pascuas. Hoy amanece. Entre tod@s podemos multiplicar la luz. Es Pascua. Es la fiesta de la vida. 
Que ayudemos a Jesús a resucitar aliviando a las personas que lo necesiten, mostrando la alegría de la entrega y el encuentro, la ternura de la misericordia, el entusiasmo por un mundo más justo y mejor para tod@s. . . , siendo testigos, con nuestra palabra y, sobre todo, con nuestra vida, de que Jesús…

Es hora de salir al balcón de la vida, mirar el horizonte, despertar al

Es hora de salir al balcón de la vida, mirar el horizonte, despertar al alba y sentirse llen@s de alegría. Es hora de asomarse al infinito, de anunciar y cantar, trabajar y proclamar que es posible un mundo nuevo y distinto. Es hora de entrar en la noche sin miedo y ser sus testigos; descubrir su presencia entre nosotr@s fortaleciendo nuestras esperanzas y anhelos. Es hora de romper los esquemas de siempre; de escuchar las palabras del silencio; gustar su presencia callada, confesar la vida, andar por los desiertos y abrir nuevas sendas por donde pueda llegar el Reino. Es hora de iniciar caminos nuevos, arriesgarlo todo, apostar por Dios y su Reino. Es hora de la Pascua, de Resurrección, de brindar por la Vida Plena que el Señor nos sigue trayendo, para ensanchar nuestro corazón y hacerlo más sensible y más fraterno. AMÉN ES HORA DE ASOMARSE AL INFINITO

¡FELIZ PASCUA!

¡FELIZ PASCUA!