Comentario Evangelio Domingo XXVIII T O Ciclo B
Comentario Evangelio Domingo XXVIII. T. O. Ciclo B 14 Octubre 2018 + Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: Momentos de Paz 02. P. 6 Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
TEXTO BÍBLICO Mc. 10. 17 -30 Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? » . Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre» . Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud» . Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme» . A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!» . Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras.
Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios» . Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse? » . Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios lo puede todo» . Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» . Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna.
Siempre me ha fascinado la versión de Marcos del joven rico. Sus matices, sus apreciaciones son tan ricos y tan sugerentes que siempre me han conmovido.
Por una parte presenta a este desconocido como profundamente religioso: “se arrodilló” y va a Jesús “corriendo”.
Matices que expresan el corazón humano sediento de Dios y que corre hacia lo bueno, lo bello, lo grande, el bien que se llama Jesús.
Le ha conmovido su presencia y le llama “MAESTRO BUENO”. No le impresionan otras cosas de Jesús, sólo la bondad de su Corazón.
Quiere salvarse y quiere anunciar de Jesús lo esencial de su mensaje: ¿Qué tengo que hacer para alcanzar la salvación?
Jesús le dice lo de siempre, la revelación antigua y siempre nueva “cumple los mandamientos”.
Siempre me llamó la atención que todos los mandamientos que le dice Jesús al joven son aquellos que hablan de la relación con el prójimo no con Dios.
No matarás, no cometerás adulterios, no robarás”. Todo eso lo cumple desde niño.
¿Por qué Jesús le pone entre la espada y la pared presentándole sólo la relación con el prójimo?
Precisamente porque en la relación con Dios, la relación teologal existen menos problemas, el Señor siempre nos trata tan bien y su silencio nos respeta tanto que casi hacemos lo queremos en nuestra relación con Dios.
Los verdaderos problemas, los mandamientos que nos cuestan vivir y cumplir son en relación con los demás.
Aquella religiosa de un convento que me decía con mucha gracia ante una pregunta la relación con el Señor con el Esposo muy bien, los problemas son con las cuñadas. Como casi todos.
Todo lo cumplía y hay un matiz único de Marcos “el Señor lo miró con cariño”.
Poniendo un inmenso amor en su mirada nos recuerda lo que le decía a los jóvenes San Juan Bosco: “Me basta que seáis jóvenes para amaros”. Sin embargo en aquella mirada única de Cristo le cautivó y le conquistó para su Reino.
Jesús fracasa en estos momentos en la pastoral juvenil. También el joven se va entristecido porque la tristeza es la patria de los que no siguen a Jesús con generosidad.
No sabemos de su vida después de este encuentro fallido de este joven rico. Pasó a engrosar la multitud de personas que por no seguir a Jesús no dejan ninguna huella ni en la vida ni en la historia.
No fue un Pablo, un Agustín. No sabemos más de él. FIN
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