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¡CÓMO NO AMAR LA VIDA!

¡CÓMO NO AMAR LA VIDA!

Soy apenas, a mi edad, un muchacho aprendiz humilde de hombre que empezara a

Soy apenas, a mi edad, un muchacho aprendiz humilde de hombre que empezara a caminar la vida. Archivador soy de lunas llenas en mis noches incontables de insomnio, aderezadas de sentimientos vivencias y nostalgias.

Mis amigos me dicen que no hay que ser romántico, no lo soy, pero

Mis amigos me dicen que no hay que ser romántico, no lo soy, pero ellos confunden, creo, la expresión del alma y los sentimientos. Y es que, el sentimiento, les digo, es ese plus del alma que hace al hombre ser hombre más allá de la imaginación y la fantasía.

A la solapa llevo, como distinción condecorada, la dulzura grande del desierto y el

A la solapa llevo, como distinción condecorada, la dulzura grande del desierto y el aroma dulce de la selva. Mi poema real es la vida que me arrulló en la cuna cuando apenas niño, comenzaba a balbucir palabras mal trazadas para hilvanar el pensamiento que hace ser al hombre grande.

He pasado, al socaire del viento, páginas incontables de tantos libros amigos que a

He pasado, al socaire del viento, páginas incontables de tantos libros amigos que a raudales caían en mis manos, por millares, pero mi libro preferido ha sido siempre el universo.

En él, como en un poema radiante, he saboreado la sonrisa luminosa de quien

En él, como en un poema radiante, he saboreado la sonrisa luminosa de quien es el autor del universo.

Su rostro invisible es bello, su labios tienen la ternura nueva de un beso

Su rostro invisible es bello, su labios tienen la ternura nueva de un beso tierno del Padre, el Dios que creó las estrellas y el cosmos.

¡Cómo no amar la vida, si es la vida todo lo que tengo!

¡Cómo no amar la vida, si es la vida todo lo que tengo!

¡Cómo no amar la vida! Soy apenas, a mi edad, un muchacho aprendiz humilde

¡Cómo no amar la vida! Soy apenas, a mi edad, un muchacho aprendiz humilde de hombre que empezara a caminar la vida. Archivador soy de lunas llenas en mis noches incontables de insomnio, aderezadas de sentimientos vivencias y nostalgias. Mis amigos me dicen que no hay que ser romántico, no lo soy, pero ellos confunden, creo, la expresión del alma y los sentimientos. Y es que, el sentimiento, les digo, es ese plus del alma que hace al hombre ser hombre más allá de la imaginación y la fantasía. A la solapa llevo, como distinción condecorada, la dulzura grande del desierto y el aroma dulce de la selva. Mi poema real es la vida que me arrulló en la cuna cuando apenas niño, comenzaba a balbucir palabras mal trazadas para hilvanar el pensamiento que hace ser al hombre grande. He pasado, al socaire del viento, páginas incontables de tantos libros amigos que a raudales caían en mis manos, por millares, pero mi libro preferido ha sido siempre el universo. En él, como en un poema radiante, he saboreado la sonrisa luminosa de quien es el autor del universo. Su rostro invisible es bello, su labios tienen la ternura nueva de un beso tierno del Padre, el Dios que creó las estrellas y el cosmos. ¡Cómo no amar la vida, si es la vida todo lo que tengo! Juan Manuel del Río