Ciclo C Domingo XVIII del Tiempo Ordinario Lo

  • Slides: 22
Download presentation

Ciclo C Domingo XVIII del Tiempo Ordinario «Lo que has acumulado, ¿de quién será?

Ciclo C Domingo XVIII del Tiempo Ordinario «Lo que has acumulado, ¿de quién será? »

† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Espíritu

† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Espíritu Santo dame un corazón humilde para recibir la Palabra de Dios, y hazme dócil a sus divinas enseñanzas.

Primera Lectura - Eclesiastes 1, 2; 2, 21 -23 1, 2 ¡Vanidad, pura vanidad!,

Primera Lectura - Eclesiastes 1, 2; 2, 21 -23 1, 2 ¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! 2, 21 Porque un hombre que ha trabajado con sabiduría, con ciencia y eficacia, tiene que dejar su parte a otro que no hizo ningún esfuerzo. También esto es vanidad y una grave desgracia. 22 ¿Qué le reporta al hombre todo su esfuerzo y todo lo que busca afanosamente bajo el sol? 23 Porque todos sus días son penosos, y su ocupación, un sufrimiento; ni siquiera de noche descansa su corazón. También esto es vanidad. Palabra de Dios Te alabamos Señor

 «¿Qué saca el hombre de todos los trabajos? » El libro pertenece a

«¿Qué saca el hombre de todos los trabajos? » El libro pertenece a la literatura religiosa de Israel. El autor es, con toda seguridad, un sabio. Un hombre, maduro en reflexión y rico en experiencias. El Predicador se pregunta por el sentido de la vida humana, por el sentido de todo el ajetreo que caracteriza a la vida del hombre.

Sus apreciaciones pesimistas. Queda siempre en el aire un ¿qué? y un ¿para qué?

Sus apreciaciones pesimistas. Queda siempre en el aire un ¿qué? y un ¿para qué? que desaniman. ¿Desaniman o advierten? Quizás sean esas preguntas la esencia del libro. Ese para qué que invita al hombre a reflexionar por su cuenta y a moderar y medir sus acciones. La vida del hombre está cargada de afanes y trabajos. De noche y de día trabaja la mente humana por hacer realidad sus planes. Cuando parece que ya hemos conseguido algo, surge aquí y allá otra necesidad y otro reclamo.

El resultado esta continua labor es la vaciedad. La vaciedad de la vida humana

El resultado esta continua labor es la vaciedad. La vaciedad de la vida humana nos obliga a mirar en otra dirección. El cristiano conoce la respuesta. El evangelio nos hablará de ella.

Salmo 90(89), 3 -6. 12 -14. 17 3 Tú haces que los hombres vuelvan

Salmo 90(89), 3 -6. 12 -14. 17 3 Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos» . 4 Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. 5 Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana: 6 por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita. 12 Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. 13 ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo. . . ? Ten compasión de tus servidores. 14 Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. 17 Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos.

 «Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. » Meditación Sobre

«Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. » Meditación Sobre la Vida Humana. Se admite la existencia de dos poemas en este salmo: a) contraposición de la eternidad de Dios y brevedad de la vida humana; b) relaciones de Dios e Israel: plegaria pidiendo la rehabilitación de la nación, postrada en la aflicción.

El salmista canta en la primera parte la grandeza de Dios, Señor del universo,

El salmista canta en la primera parte la grandeza de Dios, Señor del universo, anterior a la formación de los montes, para quien mil años son como un día. Frente a esta grandeza divina está la pequeñez e indigencia del hombre, hecho de la tierra, sin consistencia, y cubierto de pecados, que excitan la ira divina. Por sus faltas, la vida humana transcurre triste y en constante turbación. Pero, aunque esté bajo el golpe del dolor y de una punzante melancolía, el poeta no se deja arrastrar por ella fuera de Dios ni de la confianza en El.

Segunda Lectura - Colosenses 3, 1 -5. 9 -11 1 Ya que ustedes han

Segunda Lectura - Colosenses 3, 1 -5. 9 -11 1 Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2 Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. 3 Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. 4 Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria. 5 Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. 9 Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras 10 y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador. 11 Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos. Palabra de Dios Te alabamos Señor

 «Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo» Cristo, centro de la

«Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo» Cristo, centro de la creación, es también norma de vida. Cristo es el ejemplar de la vida cristiana. A Cristo lo envuelve la misma Gloria de Dios. Cristo, triunfador y salvador, está escondido en Dios. Su vida es la misma vida de Dios. Cristo es Dios.

Nosotros, por el bautismo, hemos muerto con él al pecado. Hemos también resucitado a

Nosotros, por el bautismo, hemos muerto con él al pecado. Hemos también resucitado a una vida nueva. En otras palabras, la vida divina de Cristo exaltado nos toca en lo más profundo del alma y nos transforma. Cristo es nuestra vida. Vivimos su vida, vivimos en él y vivimos por él. Somos partícipes de una vocación celeste. Nuestra vida, nuestra meta, nuestro destino están allí en Cristo. Estamos ya allí en cierta manera. Participamos ya de aquellos bienes. Pero esperamos la revelación de Cristo Glorioso para aparecer como él, envueltos en la Gloria de Dios. Para ser, como él, luz de Luz. Allí están, pues, nuestros bienes, donde nuestra vida.

Por eso, nuestra vida aquí en la tierra debe reflejar la gloria de que

Por eso, nuestra vida aquí en la tierra debe reflejar la gloria de que ya somos partícipes. Es necesaria la renovación ha de ser paulatina y progresiva. Hay que liberarse por la gracia de Dios en Cristo de una serie de tendencias, de afectos, de inclinaciones, de apreciaciones y pasiones que no se ajustan a nuestra vocación celeste, que nos atan y esclavizan. Somos hermanos y debemos comportarnos como tales. Esa es la «civilización» cristiana. Uno es Cristo, como uno es el Pueblo reunido en torno a él. Cristo en todos y todos en Cristo. Vivamos los bienes de arriba, la vida escondida en Cristo. ¡Somos la nueva CIVILIZACIÓN!

Lectura del Santo Evangelio - Lucas 12, 13 -21 13 Uno de la multitud

Lectura del Santo Evangelio - Lucas 12, 13 -21 13 Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia» . 14 Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes? » . 15 Después les dijo: «Cuídense de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas» . 16 Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, 17 y se preguntaba a sí mismo “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. 18 Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, 19 y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. 20 Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado? ”. 21 Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios» .

Palabra de Dios Gloria a Ti, Señor Jesús

Palabra de Dios Gloria a Ti, Señor Jesús

 «Lo que has acumulado, ¿de quién será? » Jesús no es un «rabí»

«Lo que has acumulado, ¿de quién será? » Jesús no es un «rabí» como los demás. Es el Maestro y el Profeta que predica el Reino de Dios y opera maravillas en su anuncio. Jesús no busca los honores ni los primeros puestos en los convites, no muestra afán de lucro, no administra justicia. Vive en total desprendimiento, habla con sencillez, exige con valentía y audacia. Nadie se comporta así. Jesús es único.

Jesús no enjuicia causas, no ejerce el derecho o declara con autoridad según derecho

Jesús no enjuicia causas, no ejerce el derecho o declara con autoridad según derecho en cuestiones religiosas. Los maestros ejercían esa función. La «misión» de Jesús no es esa. Jesús no ha venido a restablecer o declarar derechos sobre cosas de este mundo. Su «misión» es el Reino de Dios. Y todo lo que no entre en relación con ese Reino no es misión de Cristo. Jesús aprovecha la ocasión para hablar del peligro que ofrecen las riquezas para alcanzar la salvación. Las riquezas, además de no garantizar por sí mismas la vida humana, no son en modo alguno el sentido de la vida. La vida humana no tiene como fin y meta enriquecerse y gozar sin límites de los bienes acumulados. La codicia es la polilla de la vida humana, tanto personal como social.

¿De qué le sirvió a aquel hacendado toda su buena cosecha? ¿De qué sus

¿De qué le sirvió a aquel hacendado toda su buena cosecha? ¿De qué sus graneros llenos, sus trujales y lagares? Todo lo tuvo que dejar a otros. Nada se llevó consigo. Ni aun aquí pudo disfrutarlo. La parábola lo llama necio. Para aquel hombre no tenía otro fin práctico la vida que el disfrute de las amontonadas riquezas. Necio y pobre aquél que amontona bienes para sí y cree ver en ello el sentido de su vida. Las riquezas son un peligro.

Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete.

Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete. Concédenos vivir conforme a ella. Señor, que nuestra ambición esté puesta en los bienes eternos que surgen del amor.

“¡Oh María, Madre y esperanza mía, consuelo de mi alma y objeto de mi

“¡Oh María, Madre y esperanza mía, consuelo de mi alma y objeto de mi amor! ¡Acuérdate de las muchas gracias que te he pedido, y de que todas me la has concedido. Ya ves, Señora, que todo lo que te pido se dirige a la mayor gloria de Dios y al bien de las almas”. San Antonio María Claret

Si deseas recibir el Evangelio del Domingo envía un correo a: siembraconmigo@gmail. com Con

Si deseas recibir el Evangelio del Domingo envía un correo a: siembraconmigo@gmail. com Con el título: “Suscripción a Siembra Sagrada” Para cancelar esta suscripción sigue las mismas instrucciones: Siembra_Sagrada-unsubscribe@gruposyahoo. com Los archivos del mes los puedes descargar en: http: //siembraconmigo. blogspot. com Servicio Gratuito con Fines Educativos