Ciclo B 20 de septiembre de 2015 Domingo
Ciclo B 20 de septiembre de 2015 Domingo XXV del Tiempo Ordinario Música: “Cristo se hizo obediente hasta la muerte” Ciudadela de Alejandría
El libro de la Sabiduría no consta en las ediciones judías de la Biblia porque fue escrito en griego, hacia el año 50 a. C, en Alejandría. La famosa BIBLIOTECA fundada per Ptolomeo a principio del s. III a. C, fue un centro de cultura universal indiscutible. También de cultura judía. Sabemos que en este ambiente, fue traducida la Biblia al griego (versión griega llamada “De los 70”, traducida después al latín y llamada «Vulgata» ). En estas ediciones se introdujo el libre de la Sabiduría. Por esta razón las imágenes son de Alejandría, y de la nueva biblioteca, inaugurada en 2002, sobre las cenizas de la antigua, destruida primero por los romanos (s. I-II) y después por los árabes (s. VI) Nueva Biblioteca de Alejandría
JESÚS Y NOSOTROS 1 a lectura: El Libro de la Sabiduría nos presenta una situación de menosprecio, por parte de los poderosos, muy semejante a la que sufrió Jesús, y Él se mantuvo sereno. Salmo 53: Nos muestra la actitud de Jesús ante el sufrimiento. 2 a Lectura: La Carta de Santiago nos retrata a Jesús y a nosotros: La Sabiduría de Jesús es imparcial, sincera, moderada, dócil, mientras que entre nosotros hay luchas y peleas por envidia. Evangelio: Marcos también hace el contraste entre Jesús i nosotros: Él será entregado en manos de los hombres que le matarán, pero que resucitará. Nosotros, en cambio, discutimos sobre quien es el más importante, en lugar de hacernos SERVIDORES de todo el mundo.
Sa 2, 12. 17 -20 Tendamos lazos al justo, que nos fastidia, se enfrenta a nuestro modo de obrar, nos echa en cara faltas contra la Ley y nos culpa de faltas contra nuestra educación. Veamos si sus palabras son verdaderas, examinemos lo que pasará en su tránsito. Pues si el justo es hijo de Dios, él le asistirá y le librará de las manos de sus enemigos. Sometámosle al ultraje y al tormento para conocer su temple y probar su entereza. Condenémosle a una muerte afrentosa, pues, según él, Dios le visitará. Puerto de Alejandría Pintura del incendio de la biblioteca
El salmo 53 forma parte del grupo de «maskilim» (meditaciones) el más antiguo del salterio (ss. 51 -54), a menudo difíciles de traducir. Todos estos salmos tienen en común que, sintiéndose acorralados por los enemigos, CONFIAN que el Señor siempre les socorre. - Él, el salmista, pide a Dios que le haga justicia. - Él, pide a Dios que mire con que violencia desean su muerte (la misma situación de Jesús) - Pero sabiendo que Dios le apoya, alaba de todo corazón la bondad del Señor.
Salmo 53 El Señor sostiene mi vida. Oh Dios!, sálvame por tu nombre, sal por mi con tu poder. Oh Dios!, escucha mi súplica, atiende a mis palabras. Nueva Biblioteca
El Señor sostiene mi vida. Porque unos insolentes se alzan contra mi, y hombres violentos me persiguen a muerte sin tener presente a Dios.
El Señor sostiene mi vida. Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrificio voluntario dando gracias a tu nombre, que es bueno.
S. Francisco en Cafarnaúm Jm 3, 16 -4, 3 Hermanos: donde hay envidia y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda clase de obras malas. La sabiduría de arriba, por el contrario, es ante todo pura, pacífica, condescendiente, conciliadora, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. El fruto de la justicia se siembra en la paz para los que obran la paz. ¿De dónde vienen las luchas y los litigios entre vosotros? ¿No provienen acaso de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Ambicionáis y no tenéis, entonces matáis; envidiáis y no podéis alcanzar nada, entonces combatís y os hacéis la guerra. No tenéis porque no pedís. Pedís y no recibís porque pedís para malgastarlo en vuestros caprichos. El fruto de la justicia nace de la semilla que los hombres pacificadores han sembrado con espíritu de paz
S. Pedro en Cafarnaúm El Hijo del hombre va a ser entregado. . . El que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos.
Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: <<El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará. >> Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: <<De qué discutíais por el camino? >> Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí, sobre quién era el mayor. Entonces se sentó, y llamó a los Doce, y les dijo: <<Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos. >> Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: <<El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquél que me ha enviado. >> Mc 9, 30 -37 Cafarnaúm
“Dios y salvador nuestro, tú nos respondes con maravillosos actos de justicia” Salmo 64, 6
Original: Joan Ramirez (+) Imágenes, lecturas, música, comentarios (versión catalana y castellana) : Regina Goberna, en colaboración con Àngel Casas Traducción Traducción al al al inglés : Vivian Townsend italiano: Ramon Julià euskera: Periko Alkain portugués: Ze Manel Marquespereira francés: Àngel Casas neerlandés : Ben Van Vossel Vídeo: Esther Lozano
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