Ciclo A Domingo XXIX del Tiempo Ordinario Dad

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Ciclo A Domingo XXIX del Tiempo Ordinario «Dad al César lo que es del

Ciclo A Domingo XXIX del Tiempo Ordinario «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios»

Primera Lectura - Isaías 45, 1. 4 -6 1 Así habla el Señor a

Primera Lectura - Isaías 45, 1. 4 -6 1 Así habla el Señor a su ungido, a Ciro, a quien tomé de la mano derecha, para someter ante él a las naciones y desarmar a los reyes para abrir ante él las puertas de las ciudades, de manera que no puedan cerrarse. 4 Por amor a Jacob, mi servidor, y a Israel, mi elegido, yo te llamé por tu nombre, te di un título insigne, sin que tú me conocieras. 5 Yo soy el Señor, y no hay otro, no hay ningún Dios fuera de mí, Yo hice empuñar las armas, sin que tú me conocieras, 6 para que se conozca, desde el Oriente y el Occidente, que no hay nada fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro. Palabra de Dios Te alabamos Señor

 «Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones» "Yo

«Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones» "Yo soy el Señor y no hay otro". No hay más que un Dios; no hay más que un solo Señor. Y ése es el Dios de Israel. El Dios que habló a Moisés y habló a los profetas. Dios único, Creador y Señor del universo. La creación entera lo proclama alborozada, pues es su obra. También la historia: es Señor de la historia y la historia lo revela.

Basta abrir los ojos de la fe. El profeta los abre y contempla. A

Basta abrir los ojos de la fe. El profeta los abre y contempla. A su luz enjuicia e interpreta el «acontecimiento» . Ciro ha sido elegido por Dios lo ha encumbrado y le ha dado en posesión un extenso y poderoso reino. Dios lo ha elegido pastor de pueblos; Dios lo ha ungido rey. Ciro es hechura de Dios. El profeta lo sabe y lo proclama. Entre esos pueblos que lo confiesan soberano se encuentra el pueblo de Dios, su siervo Jacob, escogido Israel.

No es la primera vez que Dios elige a reyes extranjeros para la ejecución

No es la primera vez que Dios elige a reyes extranjeros para la ejecución de sus planes con Israel. Lo hizo antes con Asur y Nabucodonosor, para castigar a Samaría y a Jerusalén respectivamente. La elección de Ciro, ahora, tiene un signo diverso: llevar la salvación a Israel. Por eso quizás, principalmente, se le considera ungido, como a los reyes de Israel, para realizar un plan salvífico determinado. Dios dirige la historia. Dios controla los acontecimientos humanos. Sólo Dios, y en su lugar el profeta, puede revelarlo. Dios continúa la obra de la salvación.

Salmo 96(95) 1. 3. 4 -5. 7 -8. 9 -10 a. 10 c 1

Salmo 96(95) 1. 3. 4 -5. 7 -8. 9 -10 a. 10 c 1 Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra. 3 Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. 4 Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. 5 Los dioses de los pueblos no son más que apariencia, pero el Señor hizo el cielo. 7 Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor; 8 aclamen la gloria del nombre del Señor. Entren en sus atrios trayendo una ofrenda, 9 adoren al Señor al manifestarse su santidad: ¡que toda la tierra tiemble ante él! 10 Digan entre las naciones: «¡el Señor reina! El Señor juzgará a los pueblos con rectitud» .

 «Aclamad la gloria y el poder del Señor» Salmo de alabanza. Salmo de

«Aclamad la gloria y el poder del Señor» Salmo de alabanza. Salmo de Dios Rey. Dios, Rey de todos los pueblos y de todas las naciones. El único Dios verdadero. Él es el Creador del mundo y el Señor de la historia. La invitación va dirigida a todos. Honor a él: cante toda la tierra su alabanza. El pueblo de Dios debe celebrarlo como Dios Rey, y en el Nuevo Testamento: Cristo Jesús, una cosa con el Padre.

Segunda Lectura - I Tesalonicenses 1, 1 -5 b 1 Pablo, Silvano y Timoteo

Segunda Lectura - I Tesalonicenses 1, 1 -5 b 1 Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz. 2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, cuando los recordamos en nuestras oraciones, 3 y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia. 4 Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos. 5 Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Palabra de Dios Te alabamos Señor

 «Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza» Es la primera carta de

«Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza» Es la primera carta de Pablo. Un breve saludo típicamente cristiano: en Dios y en Cristo el Señor, gracia y paz. Gracia y paz reveladas y concedidas como bienes escatológicos en Cristo Jesús, constituido Señor. Es un deseo, es una oración que se alarga en una acción de gracias por los beneficios que Dios les otorga.

Nótese la presencia de las tres virtudes teologales. Ellas informan la vida del cristiano.

Nótese la presencia de las tres virtudes teologales. Ellas informan la vida del cristiano. Nótese también la presencia de las tres divinas personas, que son el arranque, la forma y el fin de la vida cristiana: ante Dios, nuestro Padre, en Jesucristo, nuestro Señor, por la fuerza del Espíritu Santo. La vida cristiana es una vida nueva. En ella, operan las virtudes teologales: de fe, en su actividad; de esperanza, en su aguante; de caridad, en su esfuerzo. Todo ello en virtud del Espíritu Santo, al Padre, en el Señor Jesús. Sea nuestra oración, en comunión con los hermanos, una acción de gracias y una súplica por la gracia y la paz.

Lectura del Santo Evangelio - Mateo 22, 15 -21 15 Los fariseos se reunieron

Lectura del Santo Evangelio - Mateo 22, 15 -21 15 Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. 16 Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. 17 Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? » . 18 Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? 19 Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto» . Ellos le presentaron un denario. 20 Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción? » . 21 Le respondieron: «Del César» . Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios» . 22 Al oír esto, quedaron admirados y, dejando a Jesús, se fueron. Gloria a Ti, Señor Jesús Palabra de Dios

 «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que

«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» El pueblo hebreo se veía obligado a pagarle tributo a Roma que había extendido su imperio a Palestina. Un denario de plata por persona. El Pueblo de Dios, destinado a ser encumbrado sobre todas las naciones, sentía sobre sí, intolerable, el dominio de un pueblo idólatra y gentil. Más aún la efigie del César en la moneda y en los lugares públicos era un bochorno y una provocación continuos.

Los fariseos y los herodianos deciden presentar a Jesús una cuestión capciosa: ¿Es lícito

Los fariseos y los herodianos deciden presentar a Jesús una cuestión capciosa: ¿Es lícito dar tributo al César o no? Si la respuesta es afirmativa, se presenta como inevitable la indisposición con el pueblo, máxime con los celotes. Si, en cambio, la respuesta es negativa, Jesús se indispone claramente con la autoridad romana. Los tentadores habrían sacado partido contra Jesús en cualquiera de los casos.

Jesús sale airoso de la trampa, sin evadir la respuesta. Jesús se hace mostrar

Jesús sale airoso de la trampa, sin evadir la respuesta. Jesús se hace mostrar un denario, la moneda del tributo. Lleva grabada la efigie del César. Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Con ello muestran en la práctica el reconocimiento del poder romano y se aprovechan de sus ventajas. Les toca, pues, pagar el tributo; deben contribuir con su aportación a los gastos que suponen las ventajas que disfrutan.

La segunda parte de la sentencia y a Dios lo que es de Dios

La segunda parte de la sentencia y a Dios lo que es de Dios limita la primera. No es el estado romano, ni ningún otro estado, autoridad suprema. La autoridad suprema la detenta Dios es el Primero y el Único; está por encima de todo. El elemento religioso que presentaba e implicaba con frecuencia el Imperio Romano no es aceptable. Dios está por encima del César. Lo pondrán de manifiesto las persecuciones.

Se deduce de lo dicho por el Señor que no hay que darle a

Se deduce de lo dicho por el Señor que no hay que darle a Dios lo que es del César ni al César lo que es de Dios. Nadie puede pretender, en nombre de Dios, extraerse de la obediencia a la autoridad humana legítimamente constituida porque el bien común de la sociedad así lo demanda. Pero ello exige como contraparte que la autoridad humana no se exceda de sus límites atribuyéndose un poder y autoridad que sólo a Dios corresponde, mandando obediencia por ejemplo a leyes inicuas que atentan contra el orden natural y la Ley de Dios. La obediencia a la autoridad política es un deber que se subordina a la obediencia última a Dios.

Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete.

Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete. Concédenos vivir conforme a ella.

¿CESAR…. . O TÚ, SEÑOR? Cuando confundo lo divino con lo humano, y me

¿CESAR…. . O TÚ, SEÑOR? Cuando confundo lo divino con lo humano, y me quedo sólo con lo segundo. Cuando, volcado de lleno en lo superficial, olvido que Tú existes desde los mismos inicios de mis días. Cuando, escuchando tu Palabra, me quedo con aquellas escritas por el presente. Entonces, Señor, sólo entonces me doy cuenta…que sirvo demasiado al “césar” de este mundo. Cuando pretendo una iglesia desarraigada y no profética alejada de todo compromiso. ¿CESAR…. . O TÚ, SEÑOR? Cuando dedicado al intercambio de moneda no veo que, la mayor, riqueza soy yo: como persona y como hijo tuyo como llamado a la vida y a la gracia a la santidad, a la sencillez y a la adoración en tu presencia. Cuando, pendiente de lo que acontece a mi alrededor te doy las migajas de unos minutos de oración o las prisas de una misa rutinaria. Cuando, soñando con ser grande dejo de lado aquel cielo en el que, para entrar, he de ser pequeño ¿CESAR…. . O TÚ, SEÑOR? Que no me olvide, oh Señor, que Tú eres el centro de todo. Que no me olvide, Señor, de orientarme desde Ti y contigo. Que no me olvide, Señor, que –el cielo y la tierra- son todo obra de tu mano. Que no me olvide, Señor, que entre los “césares” que intentan manipular mi conciencia sólo Tú, Señor, tienes derecho a entrar en ella. Amén. Oración: P. Javier Leoz

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Si deseas recibir el Evangelio del Domingo envía un correo a: siembraconmigo@gmail. com Con el título: “Suscripción a Siembra Sagrada” Servicio Gratuito con Fines Educativos