Can y Abel Abel era pastor de ovejas
Caín y Abel. “Abel era pastor de ovejas, mientras que Caín cultivaba el campo” Génesis 4, 2.
Desde entonces, aquel hombre de angulosas cejas y torva mirada, de esquiva sonrisa y palabras vanas vagó tembloroso por las tierras del olvido. Aunque el Señor, compasivo, lo asentó en otro lugar donde, empecinado, adoró a falsos dioses olvidando la existencia de Dios.
Hoy recuerdo aquel aciago mes, en un día de iracundos pasos y codicia mortal.
-Era un día de octubre de hace muchos años, día de hosca mirada y ceñuda faz. En la aldea, el otoño jadeaba y la hojarasca irredenta se perdía para siempre. En la fuente, el repicar de unas gotas desprendidas recitaba su lóbrega canción.
Aquellos dos hermanos, hablando bajito, llegaron a la era y sonreían.
Pero, al atardecer, cuando las nubes alborotadas se amontonaron en un horizonte cautivo y el silencio se hizo oquedad, la silueta tenebrosa de una guadaña se irguió asesina.
Dos desvaídas figuras se fundieron en una informe masa de aceros y haces relucientes…
…que en un abrazo fatal levantaron espumeantes oleadas de rojo festón.
Sólo poco después comenzaron a destacarse perfiles y rostros crispados en aquel torbellino delirante.
Al cabo, un joven de melancólicos ojos, largos bucles de oro y rala barba nevada, yacía inerme en el suelo doblado el cuerpo, turbia la mirada tras su perdido tesoro y su acabada esperanza.
El otro, empuñando un arma ensangrentada, inmóvil y expectante, permanecía de pie.
Vestía camisa parda y oscuros calzones de raída pana. En su cara, bajo una mugrienta boina, asomaban dos ojos impíos, estrechos y brutales que emanaban despiadados destellos de rencor.
En aquella recóndita aldea de las dos Españas, Caín era labriego y Abel pastor.
Caín y Abel. “Abel era pastor de ovejas, mientra que Caín cultivaba el campo” camisa parda y oscuros calzones Desde entonces aquel hombre, de angulosas Vestía cejas y torva mirada, de esquiva sonrisa y palabras raída pana. lo asentó en otro vanas vagó tembloroso por las tierras del olvido. Aunque elde Señor, compasivo, lugar donde, empecinado, adoró a falsos dioses olvidando la existencia de Dios. En su cara, bajo una mugrienta boina, asomaban dos ojos Hoyimpíos, recuerdoestrechos aquel aciagoy mes, en un día de iracundos pasos y codicia mortal: despiadados brutales que emanaban -Era un día de octubre de hace muchos años, día de hosca mirada de y ceñuda faz. En la aldea el destellos rencor. ***** otoño jadeaba y la hojarasca, irredenta, se perdía para siempre. En la fuente, el repicar de unas gotas desprendidas recitaba su lúgubre canción. Aquellos dos hermanos, hablando bajito, llegaron a la era y sonreían.
Pero, al atardecer, cuando las nubes alborotadas se amontonaron en un horizonte cautivo y el silencio se hizo oquedad, la silueta tenebrosa de una guadaña se irguió asesina. Dos desvaídas figuras se fundieron en una informe masa de aceros y haces relucientes, que en un abrazo fatal levantaron espumeantes oleadas de rojo festón. Vestía camisa parda y oscuros Sólo poco después comenzaron a destacarse perfiles y rostros crispados en aquelcalzones torbellino delirante. Al cabo un joven de melancólicos raída pana. ojos, largos bucles de oro y rala barba nevada, yacía inerme en el En suelosudoblado el cuerpo, la mirada tras su cara, bajo una turbia mugrienta boina, perdido tesoro y su acabada esperanza. El otro, empuñando un arma ensangrentada, asomaban dos ojos impíos, estrechos y inmóvil y expectante, permanecía de pie. Vestía camisa parda y oscuros calzones de raída pana. brutales emanaban despiadados En su cara, bajo una mugrienta boina, asomaban dos que ojos impíos, estrechos y brutales, que destellos de rencor. emanaban despiadados destellos de rencor. En aquella recóndita aldea de las dos Españas, Caín era labriego y Abel pastor.
Caín y Abel. Texto y composición: pedro martínez borrego. Imágenes: Internet. Tema musical: Éxodo – Raúl di Blasio.
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