Archigram y el metabolismo japons Brandon Jess Hernndez
Archigram y el metabolismo japonés Brandon Jesús Hernández Farías Asesor: Arq. Wilfredy Padilla
Archigram Los años sesenta fueron tiempos optimistas con grandes esperanzas en la tecnología. El grupo inglés Archigram que en 1961 había comenzado a editar la revista con su mismo nombre, en la que proponían en sus artículos (con dibujos, collages y fotomontajes agresivos y fantásticos) visiones utópicas de la ciudad del futuro. Era una corriente con una cierta influencia del futurismo y de la cultura pop, con un cierto rechazo hacia lo natural que contrastaba con el gusto por la tecnología y el consumo de masas. Diseñaron una ciudad a modo de nave espacial que podía moverse gracias a las patas de los edificios.
Metabolismo japones En Japón surge el llamado metabolismo compuesto por un grupo de admiradores de las propuestas de Kenzo Tange (discípulo de Le Corbusier) que proponía megaestructuras con las que pretendía colonizar el mar o el aire. Los metabolistas, con Tange a la cabeza, se caracterizaban por su rigor expresivo con el hormigón como elemento básico en la construcción, por lo que se les suele considerar brutalistas (influencia del betón brut de Le Corbusier). La influencia japonesa se aprecia en el tratamiento abstracto de los espacios y las cubiertas. Kenzo Tange (1913 -2005) comenzó su trabajo en la época de la reconstrucción de Japón tras la Segunda Guerra Mundial, ganando el concurso para construir el Parque de la Paz y el Museo de la Paz en Hiroshima. Durante este primer periodo su arquitectura se caracteriza por la fuerza y esencialidad de la materia (hormigón visto) y por la dureza expresiva.
Su estilo se consolidó en 1958 con las oficinas para la Prefectura de Kagawa en Takamatsu, un edificio de nueve plantas en el que dejó a la vista el sistema de vigas y pilares de hormigón pretensado, inspirado en las estructuras de madera de los castillos medievales japoneses. Para los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964 construyó dos pequeños estadios, caracterizados por su elegancia y por la disposición de cubiertas suspendidas que se sostienen mediante un cable de acero tendido entre dos esbeltos pilares de hormigón, inspiradas en las de los antiguos templos de la tradición japonesa. Su catedral católica en Tokio (1965) es una composición sencilla centrada en una aguja helicoidal de hormigón y vidrio, flanqueada por cuatro cubiertas parabólicas de acero inoxidable.
También fue el responsable de la planificación general de la Exposición Universal de 1970 de Osaka, y a partir de este encargo dio un giro a sus planteamientos estilísticos, evolucionando hacia una arquitectura más orgánica. Entre sus proyectos más visionarios destaca el plan urbanístico de ampliación de Tokio, basado en la ocupación de su bahía, aunque el más monumental sea el de las torres gemelas para las oficinas del Gobierno Metropolitano de Tokio (1991) formadas por dos inmensos rascacielos muy cúbicos, rematados por cubos girados 90º con respecto a los anteriores y con un cilindro en su interior. Entre las torres coloca un cuerpo para diversos usos administrativos. En la base, como aplicación de sus teorías, colocó un complejo cívico recorrido por rampas. Otros arquitectos japoneses importantes serán Korokawa y Arata Isozaki autor del Kyoto Concet Hall y el Palau Sant Jordi.
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