5 FRAGMENTO DE MISERICORDIA DE BENITO PREZ GALDS
5 ﺍﻟﻤﺤﺎﺿﺮﻩ FRAGMENTO DE MISERICORDIA DE BENITO PÉREZ GALDÓS.
• FRAGMENTO DE MISERICORDIA DE BENITO PÉREZ GALDÓS. • La mujer de negro vestida, más que vieja, envejecida prematuramente, era, además de nueva, temporera, porque acudía a la mendicidad por lapsos de tiempo más o menos largos, y a lo mejor desaparecía, sin duda por encontrar un buen acomodo o almas caritativas que la socorrieran. Respondía al nombre de la señá Benina (de lo cual se infiere que Benigna se llamaba), y era la más callada y humilde de la comunidad, si así puede decirse; bien criada, modosa y con todas las trazas de perfecta sumisión a la divina voluntad. Jamás importunaba a los parroquianos que entraban o salían; en los repartos, aun siendo leoninos, nunca formuló protesta, ni se la vio siguiendo de cerca ni de lejos la bandera turbulenta y demagógica de la Burlada. Con todas y con todos hablaba el mismo lenguaje afable y comedido; trataba con miramiento a la Casiana, con respeto al cojo, y únicamente se permitía trato confianzudo, aunque sin salirse de los términos de la decencia, con el ciego llamado Almudena, del cual, por el pronto, no diré más sino que es árabe, del Sus, tres días de jornada más allá de Marrakesh. Fijarse bien. • Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto finos y de buena educación, y su rostro moreno no carecía de cierta gracia interesante que, manoseada ya por la vejez, era una gracia borrosa y apenas perceptible. Más de la mitad de la dentadura conservaba. Sus ojos, grandes y obscuros, apenas tenían el ribete rojo que imponen la edad y los fríos matinales. Su nariz destilaba menos que las de sus compañeras de oficio, y sus dedos, rugosos y de abultadas coyunturas, no terminaban en uñas de cernícalo. Eran sus manos como de lavandera, y aún conservaban hábitos de aseo. Usaba una venda negra bien ceñida en la frente; sobre ella pañuelo negro, y negros el manto y vestido, algo mejor apañaditos que los de las otras ancianas. Con este pergenio y la expresión sentimental y dulce de su rostro, todavía bien compuesto de líneas, parecía una Santa Rita de Casia que andaba por el mundo en penitencia. Faltábanle sólo el crucifijo y la llaga en la frente, si bien podría creerse que hacía las veces de esta el lobanillo del tamaño de un garbanzo, redondo, cárdeno, situado como a media pulgada
• A eso de las diez, la Casiana salió al patio para ir a la sacristía (donde tenía gran metimiento, como antigua), para tratar con D. Senén de alguna incumbencia desconocida para los compañeros y por lo mismo muy comentada. Lo mismo fue salir la caporala, que correrse la Burlada hacia el otro grupo, como un envoltorio que se echara a rodar por el pasadizo, y sentándose entre la mujer que pedía con dos niñas, llamada Demetria, y el ciego marroquí, dio suelta a la lengua, más cortante y afilada que las diez uñas lagartijeras de sus dedos negros y rapantes. • «¿Pero qué, no creéis lo que vos dije? La caporala es rica, mismamente rica, tal como lo estáis oyendo, y todo lo que coge aquí nos lo quita a las que semos de verdadera solenidá, porque no tenemos más que el día y la noche. • — Vive por allá arriba — indicó la Crescencia — , orilla en ca los Paúles. • — ¡Quiá, no, señora! Eso era antes. Yo lo sé todo — prosiguió la Burlada, haciendo presa en el aire con sus uñas —. A mí no me la da ésa, y he tomado lenguas. Vive en Cuatro Caminos, donde tiene corral, y en él cría, con perdón, un cerdo; sin agraviar a nadie, el mejor cerdo de Cuatro Caminos. • — ¿Ha visto usted la jorobada que viene por ella? • — ¿Que si la he visto? Esa cree que semos bobas. La corcovada es su hija, y por más señas costurera, ¿sabes? , y con achaque de la joroba, pide también. Pero es modista, y gana dinero para casa. . . Total, que allí son ricos, el Señor me perdone; ricos sin vergonzonazos, que engañan a nosotras y a la Santa Iglesia católica, apostólica. Y
• • • — Ayer — dijo Demetria quitándole la teta a la niña — , bien lo vide. Le trajeron. . . — ¿Qué? — Pues un arroz con almejas, que lo menos había para siete personas. — ¡A ver!. . . ¿Estás segura de que era con almejas? ¿Y qué, golía bien? — ¡Vaya si golía!. . . Los cazolones los tiene en ca el sacristán. Allí vienen y se los llenan, y hala con todo para Cuatro Caminos. — El marido. . . — añadió la Burlada echando lumbre por los ojos — , es uno que vende teas y perejil. . . Ha sido melitar, y tiene siete cruces sencillas y una con cinco riales. . . Ya ves qué familia. Y aquí me tienes que hoy no he comido más que un corrusco de pan; y si esta noche no me da cobijo la Ricarda en el cajón de Chamberí, tendré quedarme al santo raso. ¿Tú qué dices, Almudena? […] Cortó los despotriques vertiginosos de la Burlada, produciendo un silencio terrorífico en el pasadizo, la repentina aparición de la señá Casiana por la puerta de la iglesia. — Ya salen de misa mayor — dijo; y encarándose después con la habladora, echó sobre ella toda su autoridad con estas despóticas palabras: «Burlada, pronto a tu puesto, y cerrar el pico, que estamos en la casa de Dios» . Empezaba a salir gente, y caían algunas limosnas, pocas. Los casos de ronda total, dando igual cantidad a todos, eran muy raros, y aquel día las escasas moneditas de cinco y dos céntimos iban a parar a las manos diligentes de Eliseo o de la caporala, y
Localización • El fragmento propuesto para comentario pertenece a uno de los grandes autores del Realismo español iniciado en la segunda mitad del XIX, Benito Pérez Galdós (Las Palmas, 1843 – Madrid, 1920). Con él entramos de lleno en un periodo en el que la novela se convierte en el género literario por excelencia y es enfocado hacia el reflejo y análisis de la realidad cotidiana buscando una crítica confiada en la reforma y regeneración de una sociedad que no acaba de dar soluciones. En España fue la generación que irrumpió con el impulso de la Revolución de 1868, casi coincidente con la fecha de publicación de la primera obra de nuestro autor, La fontana de oro. • En la producción del autor puede observarse una cierta evolución desde unos planteamientos realistas puros en su primera época (de corte histórico como La fontana de oro y El audaz; o de corte contemporáneo, la más amplia entre la que encontraríamos Fortunata y Jacinta, La de Bridas, Miau o sus Episodios Nacionales; o las novelas de tesis, como Doña Perfecta, Gloria o Marianela), hacia una progresiva humanización social en la que el novelista orienta y participa afectivamente de los personajes (Nazarín o Misericordia).
• La obra • Misericordia es una de las últimas novelas que publicó el escritor canario, insertada dentro de su etapa "espiritual". En realidad, es una nueva indagación en una idea que recorre buena parte de su obra: el valor incuestionable de la caridad, y la dificultad, sin embargo, de que arraigue en la sociedad. Los personajes que desfilan por sus páginas representan los bajos fondos del Madrid de finales del siglo XIX: son mendigos, pordioseros y rufianes, cada cual con su desgracia a hombros, y todos ellos viven subyugados por la ley humana universal del dinero, la herramienta más eficaz — quizás la única— para garantizar la supervivencia. Por eso mismo, en sus noches, calladas y pobres, se lanzan sin remedio a lo que el sueño ofrece, y resumen su desgracia comparativa con frases lúcidas: "Digo que no hay justicia", piensa en su lecho Benina, "y para que la haiga, soñaremos todo lo que nos dé la gana, y soñando, un suponer, traeremos acá la justicia…".
• El retrato contundente de la pobreza que hace Galdós no cae en la caricatura. Su destreza analítica y su empeño honrado de escritor no le permiten dejarse llevar por el simplismo y el maniqueísmo de clase. Sus pobres seres humanos se organizan como en la vida real, y así, en sus propias jerarquías, aparecen como constantes universales los mismos mecanismos y las mismas relaciones de poder que en cualquier grupo social medianamente asentado. La máxima para ellos es sobrevivir un día más, y a ella se entregan cada mañana, enredados en la tarea por conseguir el céntimo que les permita continuar anclados a esta existencia que parece querer quitarles de en medio. En esa lucha humana por la supervivencia cualquier cosa es imaginable, y sin embargo sobresale la admiración evidente de Galdós hacia aquellos que, unidos en el desamparo, son capaces de amparar a los demás. Benina, de entre todos ellos, representa el valor más alto de la caridad, o la Misericordia —el título de la obra juega también con el nombre del Hospital de la Misericordia—, que el novelista vio necesaria en su última etapa literaria. Por eso, es pensando en ella que escribió esa semblanza rebosante de dignidad: "Miró la vida desde la altura en que su desprecio de la humana vanidad la ponía; vio en ridícula pequeñez a los seres que la rodeaban, y su espíritu se hizo grande y fuerte. Había alcanzado glorioso triunfo; sentíase victoriosa, después de haber perdido la batalla en el terreno material". Sólo una mujer así podía mirar con compasión a la persona que le había negado esa dignidad material, observarla, con sus fallas y virtudes, y lanzarse acto seguido a calmar su inquietud: "Pues, hija, bien fácil es curarte", le responde sencillamente a Juliana. "No llores. . . y ahora vete a tu casa, y no vuelvas a pecar".
Misericordia, en el contexto novelesco galdosiano • Se publicó en 1897, es un momento de madurez, pues ha dejado atrás dos etapas de su quehacer de novelista: • La etapa de sus novelas históricas y de tesis, cargadas de intención política pro liberal y de críticas a la Iglesia: Doña Perfecta (1876)… • La etapa realista-naturalista en la que tan magistralmente supo captar la realidad de la España de su tiempo: Fortunata y Jacinta (1886)… • A partir de 1888, comienza la que puede llamarse etapa idealista y espiritualista de Galdós, en la cual, sin renunciar a la técnica del realismo, se siente llevado hacia un humanitarismo espiritualista de intención simbólica. La realidad objetiva empieza a volvérsele más problemática y ha de afrontarla con una nueva visión del mundo. Sus personajes, más que perfectas copias del natural, como lo eran en la etapa anterior, serán ahora símbolos de sentimientos y valores humanos: personajes idealistas, menos ligados al ambiente. El resultado de este cambio lo veremos en novelas como Ángel Guerra (1891), Tristana (1892), Nazarín (1895) y Misericordia, considerada por muchos como la obra cumbre de la producción de Galdós, síntesis de toda una evolución que aúna el pleno dominio de la técnica realista con ese nuevo espiritualismo que hemos indicado.
Tema y Resumen de este fragmento Tema Retrato del personaje de Benina y descripción del ambiente de mendicidad en Madrid en la segunda mitad del siglo XIX. Resumen • Galdós nos presenta en el texto una descripción del personaje de Benigna en comparación con el resto de los compañeros mendigos que pululan por el atrio de una iglesia buscando limosnas de los feligreses que acuden a misa. Benina mendigaba solo ocasionalmente y además era diferente de los otros porque vestía más decentemente, era más limpia y más educada en el trato. De todos los mendigos, mantenía un trato especial con un ciego de nombre Almudena. • Cuando la jefa del grupo de pordioseros, la Casiana, abandona un momento la reunión, los demás aprovechan para criticarla por dedicarse a pedir siendo rica. Su vuelta y la salida de misa les hacen guardar silencio. Una vez despejada la iglesia, hacen recuento de lo recibido.
Estructura interna: el texto presenta cuatro partes: • - Primera arte: 1/28: descripción detallada del personaje de Benigna con los rasgos positivos que la diferencian de sus compañeros. • - Segunda parte: 29/35: Marcha de la Casiana, la caporala, la jefa del grupo de pobres, para ir a hablar con el sacristán de la parroquia, momento que aprovechan los compañeros, especialmente la Burlada, para criticarla. • -Tercera parte: 36/61: Sus compañeros critican a la Caporala por ser rica y dedicarse a mendigar. • -Cuarta parte: 62/71. Reaparición de la Casiana para imponer silencio y para avisar de que los feligreses estaban a punto de salir de misa. Y después, recuento de las limosnas que recibe cada uno de los menesterosos. Estructura externa • Fragmento en prosa de la novela de Benito Pérez Galdós titulada Misericordia. La primera parte, los dos primeros párrafos, es descriptiva: se describe el personaje de la señá Benina. • La narración comienza en el tercer párrafo y después de una parte dialogada -en estilo directo-, al final se vuelve a utilizar narración con la cual avanza la acción.
Los personajes • Benigna (Benina o Nina, como también aparece en la novela) es la protagonista absoluta de la obra. Una anciana que pide en la puerta de una iglesia y que resulta ser un ejemplo de misericordia y caridad: mantiene a su ama, socorre a Obdulia, la hija de esta, y a Frasquito, ayuda a Almudena y a los necesitados de las Cambroneras, se apiada de todo aquel que sufre. Y ella, que no se encuentra en una posición mejor, se contenta con su destino y lo sobrelleva con resignación. Es una gran administradora del poco dinero que cae en sus manos. Si bien se la acusa de sisona, lo cierto es que trapichea con las monedas para pagar sus deudas y mitigar las penurias de aquellos que están a su alrededor. • Los mendigos que aparecen en la novela, aunque con personalidad individual (la Burlada, la Casiana, Eliseo), se pueden considerar un único y colectivo personaje que representa la miseria que se extiende por las calles de Madrid implorando una caridad que no llega a todos. Por último señalar que la ciudad, en este caso, Madrid, es sin duda un protagonista más de la novela.
• Características de la novela realista presentes en este texto. • El Realismo fue un movimiento literario que trató, en principio de plasmar la realidad como si de un espejo se tratara. No obstante, es difícil inhibirse de un cierto perspectivismo a la hora de tratar a los personajes y Pérez Galdós los presenta a través de sus ojos mediante esbozos, trazos rápidos que los caracterizan con una afectividad contaminada por los propios personajes o por el propio Galdós. El estilo indirecto libre usado por el autor hace difícil establecer esta distinción como veremos inmediatamente. • El género al que pertenece el texto es el de la novela que fue el género más típico del Realismo. En general, la novela, como el texto objeto de comentario, presenta unas características bastante semejantes: - Reproducción de la vida cotidiana. En este caso de cómo es el mundo de la mendicidad en Madrid en la segunda mitad del siglo XIX. - Objetividad en la presentación de la acción. - Novela comprometida con su tiempo: muestra el mundo de una familia burguesa en decadencia. El escritor tiene un compromiso político y como tal lo defiende. -Utilización de un lenguaje común del pueblo: reproduce los vulgarismos y localismos propios de los mendigos. *Uso del artículo con nombres propios: la Casiana, la Burlada. *Arcaísmos: vos (34), ca (37), Golía (52) *Vacilaciones vocálicas: semos (35), melitar, riales. *Reducción de grupos cultos: solenidá
• Encontramos un retrato del personaje principal: descripción detallada, minuciosa, precisa tanto de los rasgos físicos como psíquicos. • El punto de vista narrativo es el de un narrador externo en tercera persona con muestras de una total omnisciencia. El narrador interviene en el relato comentando su papel y se dirige al lector para orientarle en el sentido con el que ha de entender el relato: línea 14: Fijarse bien. "No diré más". • Galdós ha elegido unos nombres simbólicos para sus personajes: Benigna, que significa persona buena. Benina no duda en mendigar para sustentar a la familia de su ama y a otros personajes que ve necesitados. • Galdós tiene poco cuidado e interés por la belleza de la forma; en cambio es un vigoroso narrador y maestro en la creación de ambientes y personajes. En este sentido, la consecución del ambiente de la mendicidad lo consigue: • -Presentando un cuadro costumbrista, modalidad iniciada con el romanticismo. • -Mediante los diálogos de los mendigos. Este diálogo es ágil y fiel a la realidad. • Tal vez, el ejemplo más llamativo del uso instrumental de la lengua sea la utilización de numerosos adjetivos, pero no con un afán embellecedor, sino como muestra de precisión. • Galdós, en la utilización de la lengua, va a usar un párrafo largo y frase amplia bien trabada mediante nexos causales, concesivos, etc. e interrumpida por cláusulas aclaratorias, línea 4 (de lo cual se infiere que Benigna se llamaba); línea 22 (donde tenía gran metimiento como antigua)
- Slides: 13