20 Claves para la sostenibilidad de proyectos culturales
20 Claves para la sostenibilidad de proyectos culturales Diplomado Ministerio de Cultura Universidad Tadeo Lozano Cultural 2020
Jorge Melguizo melguizojorge@gmail. com Twitter @jorgemelguizo Facebook: Jorge. melguizo. 54
1. Tener estructuras ágiles, no burocráticas ¿Sera que nos han educado para burocratizar, para hacer organigramas, en vez de educarnos para diseñar procesos y hacer flujogramas? ¿Se han dado cuenta que cualquier grupo, cualquier colectivo, una vez juntadas las emociones (que es generalmente lo que nos une) destruyen la emoción nombrando una junta directiva, todas iguales a las de siempre, y definiendo una estructura jerárquica en la que de entrada se coartan las posibilidades de todos, al encasillarse en las funciones tradicionales de cualquier organización?
2. No obsesionarse con las infraestructuras ¿Por que será que cada vez que pensamos en un proyecto pensamos más en los gastos que en las inversiones, y casi todo proyecto empieza por la oficina, la secretaria, la estructura? Hay muchos proyectos que no necesitan oficinas, sedes ni nada parecido. Es más: en nuestras ciudades, grandes o pequeñas, hay cientos de espacios poco utilizados (es decir, subutilizados): las escuelas, en las noches y fines de semana; los templos de cualquier religión, que se usan pocas horas al día. Deberíamos poder dar mayor y mejor uso a las infraestructuras que tenemos.
3. Formar equipo ¿Cómo lograr que los proyectos no dependan de una persona? Hay proyectos muy fuertes que están centrados en un liderazgo personal. Repetimos en nuestras organizaciones los caudillismos, esa marca tan Latinoamericana. . . Pienso que debemos buscar todo lo contrario en nuestros proyectos: tener muchos protagonistas, que la mayoría de los que hacen parte sean protagonistas, no actores extras.
4. Construir conceptos y metodologías ¿Por que será que nos exigen que la vida se nos vaya haciendo proyectos e informes en vez de poder dedicar el tiempo necesario a construir conceptos y metodologías? A muchas organizaciones y entidades, por ejemplo, les importa más un Excel que un buen Word: es decir, importan más las relaciones de acciones, cifras y similares, y se dejan de lado las ideas, los análisis, las reflexiones, las creaciones, las sistematizaciones, la gestio n del conocimiento.
5. Hacer gestión del conocimiento. ¿Que sabemos, que saberes construimos, que saberes generamos, que saberes usamos y que saberes difundimos? ¿Y cómo y a quiénes los difundimos? ¿Cuánto dinero invertido en proyectos culturales no se ha convertido en conocimiento, en valor agregado, en avances, en nuevos puntos de partida? ¿En dónde esta quedando el conocimiento de los proyectos y procesos que se realizan? Y más: ¿Cómo deberíamos diseminar hacia otros el conocimiento generado y acumulado?
6. Evaluar: construir indicadores de proceso, de resultado, de impacto. ¿Por que será que le tenemos tanto miedo a la evaluación? ¿Por que será que no incluimos en los presupuestos de los proyectos un porcentaje suficiente para evaluar? ¿Por que será que seguimos asumiendo la evaluación como una autopsia, ese examen que se hace al muerto para saber de que murió , en vez de asumirla como un examen preventivo para saber de que estamos enfermos y buscar a tiempo los remedios? .
7. Innovar, crear, investigar: conocer el entorno y el tema. ¿Sabemos mucho de los asuntos en los que estamos trabajando? ¿Qué no sabemos? ¿Qué referencias cercanas y lejanas tenemos que puedan alimentar (guiar, orientar) nuestro trabajo? ¿Conocemos bien las geografías físicas, sociales y humanas en las que trabajamos?
8. Anticiparse: pensar mucho más allá del presente (y más allá del pasado) ¿Por que será que no tenemos las habilidades para anticiparnos, para vislumbrar los posibles futuros cercanos? Pareciera como si fuéramos educados, o conducidos (¿adiestrados? ) para responder solo a lo que vemos frente a nuestros ojos.
9. Construir singularidad. ¿Cuáles son sus marcas diferenciadoras, qué los hace diferentes a otras organizaciones de su contexto? ¿Cuál es el valor agregado de sus proyectos? Es mejor un bosque tropical que un bosque de pinos. En el primero hay diversidad, riqueza, diferencia, vidas múltiples y, por lo tanto, múltiples experiencias. Y hasta múltiples sombras, producidas por la misma diversidad. En el segundo hay monotonía, unanimidad (y unanimismo).
10. Repensarse permanentemente. ¿ 10 años de experiencia no serán, en muchos casos, 1 año repetido 10 veces? . En todo proyecto cultural hay que mantener la tensión y la atención. Hay proyectos, o agrupaciones, que siguen haciendo exactamente lo mismo que hace años. . . y hasta se enorgullecen de eso. Y cambiar no quiere decir dejar de hacer lo mismo, o perder la coherencia. Cambiar es buscar nuevas formas, nuevos lenguajes, nuevas propuestas, a partir de nuevas preguntas y de nuevos conocimientos.
11. Tener (exigirse) resultados concretos, victorias tempranas ¿Cómo queremos que otros sectores, que otras profesiones, que las empresas o gobiernos financien o valoren nuestros proyectos si muchas veces no somos capaces de ofrecerles resultados concretos de corto y mediano plazo? Debemos concertar esas victorias tempranas, proponer y exigirnos resultados específicos para las diferentes etapas de nuestros procesos. Y no se trata de volver resultados los procesos (“formacio n de tantas personas”): se trata de exigirnos claridad sobre lo que realmente podemos obtener desde y con la cultura en nuestros entornos.
12. Trabajar en red, con otros, de manera colaborativa. ¿Por que la mayoría de las redes fracasan y se quedan a medio camino entre la ilusión y la desilusión? ¿Por que en el diseño de las redes no se hacen los mayores énfasis en la necesidad de que cada miembro obtenga muchos resultados y, a la vez, ayude a obtener otros muchos resultados para los demás? ¿Por que los directivos de las redes terminan solos, cargando con la mayor parte del trabajo?
13. Lograr visibilidad ¿Por que será que en nuestros países, con extrañas y fugaces excepciones, la visibilidad es atributo de muchos otros. . . menos de quienes con y desde la cultura están contribuyendo a profundas transformaciones humanas y sociales? Si hoy bajara un extraterrestre a Quibdó, ¿cómo los describiría a ustedes cuando regresara a su planeta? ¿cómo los clasificaría?
14. Tener apertura a otros asuntos. Lo cultural no está solo en “lo cultural”. Los presupuestos para la cultura no están solo en las entidades culturales. Así como es una maravilla que otros sectores se acerquen a la cultura como herramienta para sus procesos, es necesario que quienes trabajamos con proyectos culturales salgamos, conozcamos, nos impliquemos en otros asuntos. La cultura va más allá de lo cultural.
15. Ser fuertes, construir fuerza para la interlocución. ¿Se han puesto a pensar quiénes son los interlocutores de muchos procesos municipales, regionales, nacionales o continentales? ¿Que agrupaciones, colectivos, sectores de la cultura tienen hoy una relevancia en la interlocución en Chocó? ¿Cuál es la presencia real, efectiva, de quienes hacen de la cultura su trabajo y su vida, en los órganos legislativos y ejecutivos de diferente nivel?
16. Lograr incidencia Se deriva de la anterior pero la separo para darle fuerza a una palabra que podría englobar todo este documento: INCIDENCIA. ¿Cuál es la incidencia de lo que hemos hecho? ¿Cuál es nuestra incidencia en los avances de nuestras sociedades, de nuestro entorno inmediato? ¿Estamos logrando realmente incidir o nos contentamos con ser, con estar, con hacer? Incidencia debería ser un indicador de evaluación propio y permanente para cualquier proyecto cultural, pu blico, privado o comunitario. La incidencia debería ser una exigencia.
17. No depender de lo público (y, menos, en lo presupuestal). ¿Cuáles son las diferentes opciones de financiamiento que prevemos para nuestros proyectos? ¿Cuántos proyectos diseñamos, escribimos y presentamos? ¿Hay alguien en la organización pensando en la generación de proyectos económicos que garanticen la autonomía y sostenibilidad? no suplementaria?
18. Tener (y construir permanentemente) base social. ¿Cuántos proyectos que se nombran a si mismos como sociales o comunitarios carecen de sociedad, de comunidad, y son proyectos unipersonales o empresas familiares? ? Es necesario que los proyectos se inserten (o sean) en la comunidad: que para la comunidad en donde se ubican se vuelvan necesidad, posibilidad y cotidianidad. Incluso, esta clave podría extenderse a otros tipos de proyectos no comunitarios pero que dependen en buena medida de la ampliación de su base social para existir.
19. Fundamental: tener claro el por qué y el para qué. ¿Que es lo que estoy haciendo? ¿Para que lo estoy haciendo? ¿Cuál es el proyecto social, cuál es el proyecto cultural, cuál es el proyecto de transformación? . . . Es decir: ¿cuál es el proyecto político? . Por ahí dicen que el que no sabe para adónde va. . . cualquier bus le sirve. Es necesario tener claridad de los nortes, del para que estamos haciendo todo esto.
20. Hacerse preguntas, muchas preguntas. ¿Cuáles son las preguntas que tienen hoy ustedes sobre ustedes mismos? ¿En que preguntas no han pensado y podrían, deberían empezar a pensar? ¿Que le falta al proyecto, o incluso: ¿quién le falta a este proyecto? No dejen de hacerse preguntas. No busquen solo respuestas. Inviten gente a que los cuestione. Toda pregunta es un cuestionamiento y un desacomodo. Las respuestas relajan, tranquilizan. Pero la cultura… no esta para tranquilizar.
Para cerrar: ¿Cuáles son hoy las 3 preguntas principales en su proyecto o en su organización? ¿¿Cuál es hoy el sentido principal (el norte) de su proyecto o de su organización? ¿Que le falta a su proyecto, a su organización? O, incluso: ¿quién le falta a este proyecto?
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