2 Etapa Morns Permaneced en mi amor El

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2ª Etapa Mornés “Permaneced en mi amor… El que permanece en mí y yo

2ª Etapa Mornés “Permaneced en mi amor… El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 9. 5)

El “Permaneced en mi amor”, en Mornese, se colorea con intensísimas evocaciones.

El “Permaneced en mi amor”, en Mornese, se colorea con intensísimas evocaciones.

Para María Dominica Mazzarello Mornese lo es todo. Aquí nace aquel “espíritu de Mornese

Para María Dominica Mazzarello Mornese lo es todo. Aquí nace aquel “espíritu de Mornese que, también hoy, debe caracterizar cada una de nuestras comunidades”

Mornese Mazzarelli: la casa del nacimiento “Permanecer” en la familia significa redescubrir cada día

Mornese Mazzarelli: la casa del nacimiento “Permanecer” en la familia significa redescubrir cada día el gran don de la vida y del amor, darse cuenta de que sólo en compañía de Dios se pueden construir relaciones y lazos, coser de nuevo desgarrones, dar y recibir perdón.

María Dominica, primogénita de 13 hermanos, de los cuales algunos muertos en tierna edad,

María Dominica, primogénita de 13 hermanos, de los cuales algunos muertos en tierna edad, creció en la escuela exigente del amor y del dolor, de la enfermedad y de la muerte. Su familia la educó muy pronto a la participación activa y solidaria en la educación, a la corresponsabilidad en la orientación familiar, a la laboriosidad creativa y fiel de quien sabe compartir, amar y sufrir.

Valponasca: lugar de silencio y de oración, de trabajo y de don de sí

Valponasca: lugar de silencio y de oración, de trabajo y de don de sí mismo aquí Maín aprende a tener unidos ámbitos vitales aparentemente contrapuestos como: el trabajo y la oración, el don infatigable de sí misma y la contemplación, la oración personal y la familiar-comunitaria

De la Cronohistoria: “Cada mañana, al regresar de la iglesia, antes de que los

De la Cronohistoria: “Cada mañana, al regresar de la iglesia, antes de que los otros se levanten de la cama, María prepara el desayuno, ordena la casa y en marcha al trabajo del campo, precediendo a los obreros, aún a los más rápidos.

Sólo hacia la tarde una mirada atenta descubriría en ella algo de premura. Ni

Sólo hacia la tarde una mirada atenta descubriría en ella algo de premura. Ni siquiera espera a que los trabajadores se vayan; y, si el padre no da una orden distinta, pone rápidamente su instrumento de trabajo en el hombro y aprisa hacia casa. Aquí, un saludo a la madre, una broma a los hermanitos y, después de cenar, corre a la ventana que, mirando a occidente, queda enfrente de la lejana parroquia, pero bien a la vista.

El período transcurrido en la “Valponasca” aparece como el más rico de la formación

El período transcurrido en la “Valponasca” aparece como el más rico de la formación espiritual de María Dominica

La “Valponasca” es para ella escuela de vida. En contacto con la naturaleza, la

La “Valponasca” es para ella escuela de vida. En contacto con la naturaleza, la muchacha aprende en la soledad, en el silencio, en el trabajo los principales contenidos de la fe, los elabora de forma personal y los asimila en profundidad

Signos evidentes de este movimiento de interiorización de la fe son la oración, que

Signos evidentes de este movimiento de interiorización de la fe son la oración, que asume dimensiones típicamente personales, la capacidad de conjugar oración y trabajo, la intensidad y la profundidad de la relación contemplación y virginidad. Su oración se revela verdaderamente personal y no “impuesta” por el confesor

Es característica de este período la oración vespertina que María Dominica hace junto a

Es característica de este período la oración vespertina que María Dominica hace junto a la ventana que todavía hoy recuerda la mirada de la contemplación fija en el tabernáculo de la iglesia parroquial. Típica – y conocida por los compañeros de trabajo – su oración a lo largo de la jornada, cuando entre los viñedos se arrodilla y adora.

Colegio: la casa del Amor de Dios Aquí María Dominica y las primeras hermanas

Colegio: la casa del Amor de Dios Aquí María Dominica y las primeras hermanas experimentan el amor que viene de Dios y que, ensanchándose a los hermanos y a las hermanas, vuelve a Él en la verdad del corazón. Su vida sencilla, vivida en la pobreza y en la caridad, hace que se sientan verdaderamente felices y hace de la Comunidad una alabanza perenne al Señor.

Don Pestarino escribe de la primera comunidad: Lo que más se nota con satisfacción

Don Pestarino escribe de la primera comunidad: Lo que más se nota con satisfacción es la verdadera unión de espíritu, de caridad, la armonía gozosa y la santa alegría de todas en el recreo, donde se divierten siempre fraternalmente unidas; todas gozan por sentirse unidas en el juego y en el descanso.

En la piedad son edificantes, en el recogimiento como en el acercarse a los

En la piedad son edificantes, en el recogimiento como en el acercarse a los santos sacramentos, en la meditación, en el rezo del Oficio Divino y en otras oraciones y funciones. (…)

En todas se nota un verdadero desprendimiento del mundo, de los parientes y de

En todas se nota un verdadero desprendimiento del mundo, de los parientes y de sí mismas, en cuanto la fragilidad humana lo comporta; asiduas y muy atentas en sus trabajos que nunca he tenido que oír una pequeña lamentación de una a la que le disguste; y espontáneamente toman parte en los intereses de la casa

“Desde que asumió hasta que finalizó su misión, María Mazzarello especifica su maternidad espiritual

“Desde que asumió hasta que finalizó su misión, María Mazzarello especifica su maternidad espiritual en formas distintas: formación directa y continua de las hermanas a través de la palabra oral y escrita, los numerosos viajes pero sobre todo a través de la donación de su vida, gastada en el ejercicio de una caridad paciente, benigna y universal.

Juntos, como comunidad educativa, hacemos memoria del “permanecer en Cristo” mornesino, del que nace

Juntos, como comunidad educativa, hacemos memoria del “permanecer en Cristo” mornesino, del que nace la pasión del da mihi animas cetera tolle que unifica la vida y le confiere un amplio respiro.

. . . con la mirada amplia y la actitud del cuidarnos los unos

. . . con la mirada amplia y la actitud del cuidarnos los unos de los otros podemos considerarnos sarmientos de la vid que es Jesús, en el que se realiza la unidad de la familia de los hijos e hijas de Dios.