1 CARISMAS DE APOSTOLADO ENSEANZA GOBIERNO PROFETA Del
1) CARISMAS DE APOSTOLADO, ENSEÑANZA, GOBIERNO. PROFETA Del griego Prófemi = predecir, pronosticar (Pro=delante, antes; Femi = decir) Pero sobre todo significa: “Señalar la voluntad de Dios”
La tarea del Profeta es proclamar la gran revelación de Dios a través del poder del Espíritu Santo. Las referencias del Nuevo Testamento indican que el don de profecía operaba tanto individual como colectivamente.
El Profeta está sujeto a la comunidad también, y su contribución ha de ser probada por la comunidad. Queridos míos, no crean a cualquiera que se considere inspirado: pongan a prueba su inspiración, para ver si procede de Dios, porque han aparecido en el mundo muchos falsos profetas. 1 Jn. 4, 1 Hasta el profeta mismo comparece dentro de la comunidad, como uno entre muchos miembros del Cuerpo que es uno.
Los Profetas son los que impulsados por el Espíritu, proclaman la Palabra de Dios ante la congregación, son los que revelan el plan redentor de Dios, los que explican y le imprimen a dicho plan el significado de la obra de Dios en Cristo en un sentido de exhortación y pastoral. El concepto de Profeta tiene una larga historia antes de que el Nuevo Testamento lo adopte.
Jesús es identificado en los Evangelios como un profeta, debido a sus poderes milagrosos, y su habilidad de enseñar con autoridad y sabiduría. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Lc. 13, 33 -34 Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Mc. 1, 22
Su participación tiene carácter fundacional juntamente con los Apóstoles. Ustedes están edificados sobre los Apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. Ef. 2, 20
En la primera carta a los corintios, Pablo le dedica el capítulo 14 completo, al carisma profético donde enseña que la profecía es más que hablar en lenguas y tiene cierto grado más elevado de jerarquía que otros dones. En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificarlos, exhortarlos y reconfortarlos. El que habla un lenguaje incomprensible se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a la comunidad. Mi deseo es que todos ustedes tengan el don de lenguas, pero prefiero que profeticen, porque el que profetiza aventaja al que habla un lenguaje incomprensible. 1 Cor. 14, 3 -5
En el Nuevo Testamento encontramos a personas que desarrollaban este carisma profético para consolidar y animar a la congregación. Judas y Silas, que eran profetas, exhortaron a sus hermanos y los confirmaron, hablándoles largamente. He. 15, 32
Otros personajes que ejercieron este carisma profético fueron Agabo y las hijas de Felipe. En esos días, unos profetas llegaron de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, llamado Agabo, movido por el Espíritu, se levantó y anunció que el hambre asolaría toda la tierra. Esto ocurrió bajo el reinado de Claudio. He. 11, 27 -28 Al día siguiente, volvimos a partir y llegamos a Cesaréa, donde fuimos a ver a Felipe, el predicador del Evangelio, uno de los Siete, y nos alojamos en su casa. El tenía cuatro hijas solteras que profetizaban. He. 21, 8 -9
San Pablo enseña que los profetas reciben revelación al igual que los Apóstoles por obra del Espíritu Santo acerca de los misterios de Cristo. Al leerlas, se darán cuenta de la comprensión que tengo del misterio de Cristo, que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio. Ef. 3, 4 -6
No obstante, el uso de la profecía no es ante todo, referirse al futuro, también consiste en señalar la voluntad de Dios. Hijo mío, te hago esta recomendación, conforme a lo que se dijo de ti por inspiración de Dios, a fin de que luches valientemente. 1 Tim. 1, 18 No malogres el don espiritual que hay en ti y que te fue conferido mediante una intervención profética, por la imposición de las manos del presbiterio. 1 Tim. 4, 14
Asímismo trae edificación, exhortación, enseñanza y consolación a la iglesia. 1 Corintios 14: 3, 31.
La profecía también tiene un efecto sobre los oyentes, los cuales serán guiados al arrepentimiento y al reconocimiento de la presencia de Dios en medio de su pueblo al ser escudriñados sus corazones. En cambio, si todos profetizan y entra alguno de esos hombres, todos podrán convencerlo y examinarlo. Así quedarán manifiestos los secretos de su corazón, y él, cayendo de rodillas, adorará a Dios y proclamará que Dios está realmente entre ustedes. 1 Cor. 14, 24 -25
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